El
secreto es parte de la esencia tanto del hombre como de las colectividades,
existen aspectos de la vida de éstos que impulsa la necesidad de agrupación
entre quienes tienen intereses semejantes, que lleva al individuo a organizarse
en gremios. Por ello las Sociedades
Secretas han existido desde todos los tiempos, sería difícil señalar alguna
cultura exenta de ellas, unas con mayor trascendencia que otras, cada una llevando
sus secretos peculiares.
Ya en tiempos de Lemuria existió la de los Esenios.
Si, la misma en la que estuvo el Maestro Yoshua. Y sigue un tejido de las que
se conocieron bien como cofradías
religiosas, otras políticas, guerreras, filosóficas y hasta esotéricas. Hoy en
día todas ellas siguen existiendo.
Pero hay otras agrupaciones, no menos herméticas, conocidas como
sectas, que de la misma manera se conforman bajo el índice del secreto,
incluso mayor que las sociedades. Suelen ser grupos que buscan intereses personales y se
sostienen del fanatismo y la inducción al miedo. Como la Cienciología, La
Granja y otros.
Las sociedades secretas en cambio, propician mayor libertad de pensamiento,
aunque son rigurosas en el logro de sus objetivos no imponen un dogma rígido ni desacreditan otras
corrientes. Por citar alguna, estaría la
Sociedad Teosófica de Madame Blavatsky, que por cierto, en algunos ámbitos fue
considerada secta, el espíritismo Kardeciano, Los Templarios, la Masonería, la Sociedad de Thule,
los Bildelberg, El
Yunque: Sociedad Secreta Mexicana de UltraDerecha y cientos de otras que no
mencionare.
La
defensa del secreto es un resguardo del conocimiento que maneja el colectivo que
conforma el grupo, para ellos los participantes son cuidadosamente
seleccionados entre quienes pretenden integrarse a ellas.
Pero en
el caso de las sectas, la defensa del secreto
está rigurosamente signada por el silencio o la muerte. Otra de las características definitorias de ellas
que las alejan de las sociedades secretas, es su bastardo afán de crecimiento económico
a través del engaño con que incorporan a sus miembros, a quienes adoctrinan de
tal forma que darían la vida por ellas.
Es
innecesario nombrarlas, ya son conocidas. Lo importante es no dejarse embaucar
por edulcoradas promesas, agrias críticas a quien no participe de su mismo
pensamiento, ni aceptar propuestas que, comprobadamente, se han sostenido en el
incumplimiento de ellas.
En todo caso, ¿por qué no proponernos conformar una
Sociedad donde priven los valores y la virtud, donde los errores no sean
juzgados sino estudiados para ser corregidos, donde se dé impulso al
conocimiento y a la concientización. Donde quienes conformen el grupo aporten, cada
uno en la medida de sus posibilidades, las mejores tendencias para la vida.
Donde el concepto de humanismo no requiera de universidades para aprenderlo,
porque cada uno sacará una fibra de su corazón, para elaborar el tejido,
que unirá a los miembros del clan con
lazos de un secreto compartido, que será la fórmula aglutinadora de fortalezas
y talentos para cambiar el rumbo actual del planeta?
Yo deseo
participar en este proyecto, ¿quienes quieren acompañarme para ser parte del
secreto compartido con conciencia?
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