Está dotado de doce vórtices, cada uno de ellos
electromagnéticamente conectado al planeta en sí al que alimentan y protegen. Posee
inteligencia pura y a su vez este campo electromagnético nutre todos los seres
vivos, la humanidad, las plantas, las aguas, los animales.
Absolutamente todo,
de lo contrario crearía bloqueos de energía y caos en el planeta. A través de
sus espirales lo retroalimentan de energía, representando un intercambio
permanente de luz, vida y conocimiento. De acuerdo a su especie y frecuencia
vibracional cada elemento se une a esta energía y lo que se podría llamar
energía negativa se retroalimenta de la pura o positiva, y así de esta manera
se mantiene al planeta lo más descontaminado posible. Por un segundo imaginen,
si esto no fuese así, todo colapsaría generando un caos en todo el Universo.
Cada uno de los
vórtices planetarios corresponde a un continente (Europa, América, Asia, África y Oceanía), los otros a cada
océano o mares (Pacifico, Atlántico, Índico y Ártico, Mar Mediterráneo Mar Caribe),
dos de ellos están conectados a frecuencias más altas que se unen al eje
planetario, por lo tanto su frecuencia es de mayor energía.
ESTE
TEXTO ES UN FRAGMENTO DE LA OBRA ENSEÑANZAS DE LOS VIAJEROS DEL UNIVERSO, tomo
I Capítulo II. Disponible en Amazon.
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