El ónfalo Martha Rosenthal agendamagica@gmail.com
Delfos, concebido como el centro del mundo, está situado a un paso de donde se edificaran los templos al dios Apolo, es el punto donde se
cruzaron dos águilas que el dios Zeus había enviado desde
dos lugares opuestos del universo.
Los
primeros tres templos en honor a esta divinidad se construyeron con bronce,
cera de abeja mezclada con plumas y ramaje de laurel clave para los oráculos.
Como dios de la profecía y durante siglos, muchas personas venían aquí en busca
de su apoyo a través de los vaticinios de su oráculo. Ante eso, fueron tantas las donaciones
que obligaron a los prelados a construir pequeños depósitos a los que llamaron
tesoros.
Allí se
encuentra una piedra que es la réplica de la verdadera, es de forma
cónica llamada ónfalo. En griego significa ombligo y representa el centro desde
donde se crearía el mundo. La piedra que reposa allí es
un antiguo artefacto pétreo de uso religioso del ádyton del oráculo de Delfos, se
la encontró durante las excavaciones
cerca del templo de Apolo y tenía forma de medio huevo. En el caso de ese
ónfalo, convirtió este santuario en el núcleo o centro religioso de toda
Grecia.
Cuando
esas piedras se las situaba en algún lugar específico lo sacralizaba y lo
convertía en centro religioso. El historiador Pausanias decía que simbolizaba
el centro cósmico, pues era allí donde
se establece la comunicación entre los diversos mundos: el de los hombres, el
de los muertos y el de los dioses. Pero
no fue Delfos la única ciudad ombligo, también lo es el Cuzco que tiene el
mismo significado.
¿Serían
los ónfalos elementos comunicadores con el más allá?
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