Uno de los
Estado más viejos y el más antiguo de África
es Etiopia, donde dicen las leyendas estuvo el Reino de Sabá, un
territorio de inusuales riquezas mencionado tanto en el Corán como en el
Antiguo Testamento. Era una sociedad matriarcal mezcla de pueblos africanos con
yemeníes, gobernada por una increíble mujer conocida en los textos bíblicos
como Saba, Makeda en la tradición etíope y Balkis en la islámica.
Cuentan las historias de esos tiempos, que en uno de los viajes
comerciales que hizo el príncipe Tarmin a Israel, regreso hablando de la
maravillosa sabiduría del Rey Salomón. Makeda hermosa mujer de color, amada y
temida por su pueblo, se fascino con los relatos que escucho sobre la sabiduría del gran Rey Salomón, decide
entonces conocerle y viaja a Israel. Iba a retarle con acertijos, que esperaba
no pudiese responder para lo que preparó una
caravana que llevaban sus esclavos cargada de regalos para visitarle. Se decía que Salomón
tenía un intenso conocimiento
de las plantas, los animales y otros seres de la naturaleza, amaba la poesía y
diversas manifestaciones del arte. Un ser lleno de sensibilidad.
Y dice el Cantar de los Cantares, una bella
canción escrita en lo que fue el período de oro de la lengua hebrea, que
tanto él se enamora de la hermosura de Makeda como ella de la
inteligencia y sabiduría de él. De ese amor surgen muchas historias, una de las
cuales refiere que a su regreso a Etiopía, Makeda va embarazada pero además lleva
los preceptos judíos de la religión y la instaura en su país. Por cierto, que
aún en nuestros días esos preceptos son sostenidos por gran parte de la
población.
Una de las leyendas nos refiere que de esa
relación se generan los falashas, judíos negros de Etiopía. Otros dicen
que Saba se convirtió al judaísmo y siguiendo el ejemplo de su reina, muchos
etíopes siguieron su ejemplo.
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