miércoles, 27 de julio de 2016

WAZACÁ, EL MÁGICO ÁRBOL DE LA VIDA.

La zona venezolana conocida como Gran Sabana se compone de ciento quince tepuyes, en la superficie superior de ellos tanto flora como fauna tuvieron un gran impacto evolutivo en el tiempo. Mucho se ha hablado de que África y América del Sur eran un solo continente, si nos guiamos por una  especie de rana que se encontró  entre esos tepuyes y que únicamente está relacionada con una especie africana, quedaría claro que en un tiempo ambos continentes estaban aún unidos.  Orquídeas y bromeliáceas comparten vida con numerosas especies de plantas carnívoras. Allí en ese lugar se desarrollo la etnia pemona, rica en historias y hermosas leyendas.

Una de ellas relata que Makunaima el primer pemón junto con sus aliados compartían bajo el Wazacá, considerado el sagrado árbol de la vida. Uno de los pemones intentó talarlo y no lo logró, pero continuo  varias veces en el intento hasta que decidió hacerle un hechizo para ablandar su tronco. Pero sus compañeros sabían las consecuencias que esto podría acarrear y con otro hechizo endurecieron el árbol. La dura pelea la ganó el labrador y logró talar el Wazacá.
                                                                      

El estrépito que causo la caída del tallo se oyó en remotos lugares, quedó entonces un tocón. Del tronco cortado surgieron la cadena de tepuyes las montañas más antiguas del planeta y del pequeño tocón salió tanta agua que la Tierra entera se inundó hasta dejarlo petrificado y de esa dureza se formó el gigantesco Roraima, voz pemona que significa azul y que se conoció como Mundo Perdido", gracias  a las narraciones del escritor ingles Sir Arthur Conan Doyle. En la mitología de esta etnia se dice que en él se encuentra el reino de La Diosa Kuin, la que conocen como la abuela de la civilización pero también el reino de los malos espíritus.

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