Podríamos imaginar que las playas de arena
verde de Hawai y las galaxias remotas tienen semejanzas? O los cometas en las frías fronteras de nuestro sistema solar, Pues… quizá sí. En
todos estos casos contienen el mismo tipo de cristales verdes pues son parte de
las curiosidades del Universo.
Como si fuera una lluvia una estrella emergente en la constelación de
Orión, surge un inesperado fenómeno, elementos nunca antes habían sido captados y comienzan a caer unos increíbles cristales
verdes que son descubiertos por
el telescopio espacial Spitzer y detectado por una sonda de la NASA.
Se trata del olivino, un mineral de la familia del silicato. En forma de pequeñas gotas que se forman a una temperatura semejante a la lava y luego son transportados por nubes hacia espacios más fríos. Tienen extrañas formas que se mueven en el espacio protagonizando un hermoso movimiento cósmico.
Los
cometas que nacen en regiones frías de este sistema solar donde el agua se
congela, mucho más fría que la temperatura abrasadora necesaria para formar
estos cristales sin embargo los contiene.
Los científicos suponen
que chorros de gas
disparados por el Sol regaron las regiones exteriores de nuestro sistema solar
en formación logrando que los cristales se congelaran en los
cometas, aunque se requiere de temperaturas inmensas para formarlos.
Los astrónomos definen que esos cristales se crearon cerca
de la superficie de la estrella en formación, para luego ser transportados a la
nube donde las temperaturas son mucho más frías y finalmente, cayeron de nuevo
como centellas.
En realidad, las curiosidades
sobre el Universo son interminables como lo es la comprensión de la complejidad
del Cosmos.
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