Cada vez con mayor frecuencia, se analizan y encuentran evidencias de la
presencia extraterrestre en nuestro planeta. De diversas formas, las
manifestaciones y señalizaciones de estas son expresadas en tumbas y construcciones de gran
tamaño, elementos arqueológicos y obras pictóricas que así lo señalan. Pinturas
en el Monasterio de Dechani, es una de ellas.
Ejemplo del arte bizantino del siglo XIV los muros de esta iglesia están cubiertos de imágenes
que representan escenas del Antiguo Testamento mezcladas con fantásticas naves
y animales legendarios. Sorprende sin duda los dibujos de esas naves, negadas
totalmente por los monjes del Monasterio quienes refutan la valoración de
expertos que así lo señalan. Ellos alegan que eso que podrían parecer naves
cósmicas en realidad representan un eclipse solar ocurrido durante la
crucifixión de Jesús y los dibujos serían el sol y la luna emergiendo por el
oeste, como claramente se ve en el mural. ¡Sorprendente valoración! Puesto que
tanto el sol como la luna salen por el Este.
Adicionalmente
el relato refiere que esto duró unas tres horas, pero los eclipses sólo tienen
una duración de minutos. Los argumentos esgrimidos realmente son infantiles,
cabe preguntarse ¿a que tanto ocultamiento de lo que pareciera ser una
realidad?
¿Es posible que unas
pinturas de tantos años hayan pasado desapercibidas para la comunidad del arte
pictórico? Pues sí, así ocurrió. Hasta que en 1967 una foto tomada por
Aleksander Paunovich, estudiante de la Academia de Artes de Yugoslavia,
apareció en una revista hoy desaparecida y una vez analizada se observaron en
lo que serían las naves, algunos símbolos semejantes a los de cierta mitología
mesopotámica.
Todo un
misterio, que se hace real al observar las pinturas. Por otro lado, ¿por qué el
pintor relaciono a Cristo con tres divinidades de la mitología mesopotámica?. Se
podría pensar que el artista relaciono al mismo Jesús, con aquellos seres
extraterrestres de la mitología mesopotámica, nombre general con el que se conocen las sagas sumeria, asiria y babilónica.
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