domingo, 20 de enero de 2013

LLEGO EL 2013


Ahora que ha  pasado el bullicio que se generó con las celebraciones en Diciembre del 2012, nos reencontramos con que la mitad de lo esperado fueron rumores y falsas creencias, la otra mitad se quedó corta ante lo que extraordinario que ocurre con los movimientos cósmicos. Lo curioso es, que cuando hablamos de movimientos cósmicos olvidamos que nosotros, en el planeta Tierra, también pertenecemos a ese cosmos, somos parte de él, participamos activamente de cuanto ocurra allí. Todo unido bajo un comando unificado.
El universo es un todo. Lo que es de aquí es de allá. Posee un punto energético central del cual van emergiendo las diferentes formaciones dando origen a los diversos sistemas galácticos.  Ese punto se comunica con universos aún no conocidos por el hombre, ni siquiera imaginamos su alcance. Es como un pasadizo que lo comunica.
Allí hay leyes. Son iguales pero en cada sistema se aplican según su forma, sino todo desaparece. Lo que es allá es aquí, aún así el resultado es diferente, porque cada proceso es evolutivo.
Mientras el hombre se rige por sistemas de creencias, suponen, se alimentan con falsos mitos lo que no es la realidad, se desequilibra la energía. Ahora, con las diferentes transformaciones que se vienen sucediendo en nuestro espacio galáctico, también ocurren cambios en la humanidad que habita nuestro planeta. Esas variaciones deben ser  tomadas con calma, pues pueden producir molestias físicas debidas a la alteración de frecuencia dimensional. Se disminuirían erradicando el temor, que en nada ayuda, manteniendo la calma y aceptando que, por un tiempo más, las molestias perduraran hasta que el organismo del hombre se ajuste a esta nueva condición.
Las frecuencias se han elevado, esto podría generar incomodidad pero no en todas las personas hubo aumentos iguales, no en todas habrá las mismas sensaciones. Eso puede producir que algunas personas –incluso de nuestra cercanía– comiencen a sentirse distanciados de nosotros o nosotros de ellos. Como si viviéramos en diferentes espacios y, en cierta forma, así es. Y es que esos cambios, no a todos les afecta de igual manera. Insisto en la necesidad de mantenerse alineados y armónicos, pues los efectos físicos pueden ser desagradables, pero deben entender que es la  nivelación del plano espiritual en el plano físico.
Los cambios importantes son inminentes, entre ellos serán extensas las transformaciones en espirales genéticas aptas para adultos de la Tierra.
Es necesario  tomar con calma los cambios que están ocurriendo en nuestro cuerpo. Los centros superiores fueron ampliados, limpiados y balanceados armónicamente.  Las cuerdas  del  ADN van cambiando  en beneficio de generaciones futuras para dar un paso adelante hacia la evolución. Y hablar de las cadenas es hablar de una espiral que va en ascenso a su dirección y frecuencia y, a medida que esta se activa, el actual ADN también lo hace, permitiéndonos despertar potencialidades hoy dormidas.
Lo lograremos sin duda, sólo tenemos que aceptar que somos seres importantes en el conglomerado cósmico, que cada uno de nosotros tiene una función específica y los aumentos de los que aquí les hablo, son las innovaciones que tanto esperamos para evolucionar.
Es necesario que elevemos los niveles conciénciales a través de las enseñanzas, comprendiendo que los sentidos que poseemos y las emociones nos limitan, pero podemos lograrlo usando las técnicas que los Maestros han impartido durante muchísimo tiempo. 
Sin embargo y como hermosa metáfora, uno de ellos dice que No puedes llevar las mayúsculas en minúsculas o viceversa, cada quién avanza al ritmo que le es favorable, queriendo decir que no todos están preparados para recibir la misma enseñanza y ésta debe venir por etapas y en equilibrio perfecto, pues quien no comprenda generará dudas, y las dudas negativas generarán rechazo en lugar de la aceptación necesaria.
¿Qué esperamos? Es una labor de todos, cada quien en su espacio, vamos entonces ¡manos a la obra!

Sus comentarios, preguntas e inquietudes son importantes para mí. No dudes en hacérmela saber.