sábado, 20 de enero de 2018

CONTACTO DE POLÍTICOS CON EXTRATERRESTRES

Desde hace algún tiempo de nuevo se viene acrecentando el interés en el tema extraterrestre, que unos años atrás pareció adormecerse. Ufólogos tanto como investigadores de campo y contactados, científicos, cómics, el mundo del espectáculo, los medios de comunicación y políticos, refieren sus experiencias, alentando a muchos otros a hablar sobre el tema. Hay un sutil atractivo  que ha generado fascinación entre todo tipo de público, sean los que alegan no creer “en eso” aterrados de ser juzgados por la sociedad en la que se desenvuelven, y por otros quienes como yo, manejamos el tema con total naturalidad y cada vez con mayor énfasis observando cómo se amplían puertas para su comprensión y aceptación.
¿Qué ha sucedido para que esto ocurra?


Sin la menor duda la búsqueda de poder ha abierto la necesidad de dominar el espacio, para al menos controlar el acceso a este, por lo que no debe extrañarnos que políticos de diversos países decidan relatar sus experiencias en cuanto al contacto con habitantes de otras realidades. Desde luego, esto debemos sumarlo a las innumerables teorías conspiranoicas, unas ciertas y otras fantasiosas, pero al menos interesantes. Parte de estas hipótesis relatan la existencia del programa Cosmic Top Secret, donde ―según se dice― se encuentran ocultos documentos que la OTAN encubriría, pues tratan sobre la interacción entre nosotros, seres de la Tierra, con ellos, seres de las estrellas.
Nos podríamos preguntar ¿existe tal conspiración? Claro que si. Pero también podríamos preguntarnos ¿nos ayudan “ellos” a evolucionar, a crecer y desarrollarnos tecnológica y científicamente” y a eso sumemos el desarrollo de la conciencia. Si, sería la otra respuesta.

Visionarios como Wernher Von Braun, durante el nazismo hizo notables estudios a ese respecto, pues su jefe del momento, el diabólico Hitler, tenía gran interés en el tema. Llama la atención la facilidad con la que lograba hacer los cálculos necesarios para lograr el programa Apolo en 1969. Pero Hitler no ha sido el único político que involucrado en ese conocimiento, por el contrario. Ha habido y hay un gran desarrollo en este interés. Sólo citare unos cuantos pues son innumerables los políticos, científicos, comunicadores, etc. que abiertamente reconocen estar involucrados en la aceptación de vida fuera de nuestro planeta.

Dedicado a la política y originario del Reino Unido, un personaje que últimamente da que hablar es Simon Parkes, pues su experiencia es tan extraordinaria que incluso dice haber engendrado un hijo con un ser extraplanetario, aunque no es el único. Pero ya antes Jimmy Carter había informado su experiencia por haber visto un OVNI, Robert F. Kennedy reconoció públicamente su interés en este tema y en el reciente World Economic Forum el Primer Ministro ruso Medvedev solicitó a Obama hablar sobre esto, de lo contrario ellos lo harían. A su llegada a Washington, el ahora expresidente ofreció abrir los archivos, pero eso nunca ocurrió. Paul Hellyer, exministro de Defensa canadiense habla del tema con fluidez, el inglés Nick Pope, del Ministerio inglés de la Defensa. Políticos latinoamericanos también se han interesado en el tema extraterrestre, guardando un silencio que encubriese sus inclinaciones.

El científico británico Stephen Hawking refiere la conveniencia de emprender lo que llama “una aventura espacial”.

Basados en el elocuente tema de establecer parámetros que la ciencia apruebe, no podemos olvidar que esa ciencia ha ido mutando con frecuencia, dejando atrás conocimientos que ―anteriormente― asumieron como totalmente ciertas. Un ejemplo sencillo es el tema que llama la atención por la aceptación científica de la existencia de exoplanetas que hasta hace muy poco eran totalmente desconocidos. Y pensar que todos están deshabitados, realmente está fuera de contexto pues se aleja de la mínima lógica, siendo que hasta la postura del Vaticano es del reconocimiento de la existencia de vida extraterrestre.

Además, hay un camino altamente insondable de investigación para la que aun no está preparado el humano de la Tierra. Ni tiene los conocimientos ni tiene la tecnología, pero sin duda hay quienes están siendo instruidos por seres siderales para traer a nuestro planeta conocimientos necesarios para su evolución y desarrollo.

¿Cuál es el papel de los políticos? La osadía, la audacia para hablar del tema con franqueza, pero han llegado al poder con el apoyo de sus pueblos, apoyo que temen perder si se atreven a ser imprudentes. Pero esa imprudencia, sin duda sería la que los coloque en el pináculo de la historia. ¿Quién se atreverá?


EN LA BÚSQUEDA DE EXOPLANETAS

Imaginar que el cosmos está deshabitado, realmente confunde la inteligencia y el razonamiento de cualquier ser pensante. El universo se compone de un innumerable número de galaxias, planetas, planetoides, estrellas, etc. Se han detectado muchísimos cuerpos celestes en el transcurrir de los tiempos, a ellos se dedican los “cazaplanetas”, buscan exoplanetas. Son tantos los que se han encontrado, que organismos como la NASA decidieron invertir parte de su presupuesto en esa investigación. Desde ese criterio se creó el Proyecto Orígenes.
Pero no es el único organismo dedicado a la búsqueda de exoplanetas, entusiasmadamente la ESA, European Space Agency organismo creado hace 42 años y dedicada a la exploración espacial. Si bien su sede central está en Paris, Francia, la componen otros veintidós países más Canadá, catalogado como estado cooperante. E incluso China comenzó a hacer importantes inversiones en investigación del tema cósmico.

¿Cabe en lo posible si quiera conjeturar que el único espacio habitado es la pequeña burbuja azul que conocemos como Planeta Tierra? Me he preguntado muchas veces, ¿investigan algo que definitivamente no existe o algo que existe pero que aun no han encontrado? En cierto que no se ha logrado tener un contacto concreto con nuestros posibles habitantes. ¿Es esto realidad?

De ser así, ¿cómo serían?, cual podría ser su configuración? Esos posibles seres siderales utilizan un lenguaje comprensible para nosotros, los habitantes de la Tierra?

Se han enviado al espacio multitud de sondas, mensajes, contenidos explicativos de quiénes somos y aun no se ha recibido una respuesta que nos de la información que buscamos. A que puede deberse, ¿a que no hay quien pueda interpretar lo enviado o que realmente no hay habitantes del otro lado de la cerca?

Ninguna de las dos posibilidades es ni siquiera pensable. Puesto que la Tierra es un planeta joven, también sus humanidades lo han sido. Los cúmulos celestes no todos tienen la misma edad, unos más otros menos viejos.  En estos, nunca ha habido una inteligencia superior establecida en su territorio?  De ser así, cómo se explican los relatos de libros milenarios que nos hablan de ellos y en su mayoría, los describen como dioses con capacidades impensables en un terrícola? ¿De dónde obtuvieron la información semejante cuando aún no había la tecnología que hoy nos acerca en tiempo real?

Un pensamiento al que deberíamos dedicarle algo más de un pensamiento, aun hay algunas religiones que no reconocen la existencia de estos seres habitantes de otros planetas, sino que los confunden con demonios. ¿Habrá llegado el tiempo de ampliar nuestra conciencia y visión sobre lo que no conocemos y por ello darlo como no existente?


Allí les dejo la inquietud como para entretenerse investigando. 

EL VUELO DEL ÁGUILA

Aunque forma parte indefectible de la vida, la muerte es un tema  poco grato que no se suele mencionar, al que se teme y sobre el que los esotéricos mencionan como “pasar de plano”. Me refiero al vuelo del águila, porque con ella ilustro la semejanza entre majestad del hombre y esta ave, reina de las alturas, capaz de lograr cuanto desea. Pájaro de poder y valentía, que nos enseña a volar en los altos dominios del Gran Espíritu.


Es un temor actual pues en la muy remota antigüedad, las personas se preparaban para ella y de lo que hay numerosos textos. Uno de ellos es el muy conocido “Libro de las Puertas” que se supone fue escrito entre los años 1550 y 1070 a.C. también conocido como "El Libro de los Muertos" de los egipcios.  

En una poética y fascinante narrativa, este sagrado tratado nos narra el transitar, el camino hacia el más allá.  El alma del ser que fallece no recorre solo ese espacio, va a la sala de los juicios acompañado del dios Osiris, es decir, va a un punto donde evaluará la vida que acaba de dejar y con una balanza, para saber si había tenido una vida de buenas acciones, el dios  compara el peso del corazón con el de una pluma, que simboliza la verdad, el orden establecido.

Resultado de imagen para la barca de RA


Relata que  en el viaje que debe hacer el alma cuando se desprende del cuerpo, debe atravesar doce puertas. Cada una de ellas está custodiada por un ser divino que se diferencian entre sí por el color de su vestimenta. Vale recordar que cada color tiene diferentes frecuencias, indicando ―sin la menor duda que―, metafóricamente, nos están indicando que seres de diferentes frecuencias son los custodios al paso por las diferentes puertas, mientras van en ascenso hacia espacios superiores.

Cada una de las puertas se relaciona con una hora del mundo físico, mientras  el astro rey va cambiando su posición durante las doce horas de la noche y el alma va pasando por una puerta diferente.  Finalizado ese tránsito, el alma del ser regresará como lo hace el sol al amanecer.


Resultado de imagen para escarabajo sagrado egipcioLa primera puerta señala la transición hacia el más allá, en la segunda la barca del dios Ra, guardada la serpiente El Guardián del Desierto, la barca sigue navegando hacia las profundidades pasando por la ruta de la Serpiente del Tiempo, pero no es la única. Los muertos tienen concedido un tiempo que se representa con una serpiente como “tiempo de la vida”, y así continúan navegando hasta llegar a la doceava hora, cuando Ra, el dios sol accede a la puerta "Misteriosa de Accesos" dónde ocurrirá el retorno a la vida y el nuevo sol nace en la forma de escarabajo sagrado.  

Sus comentarios, preguntas e inquietudes son importantes para mí. No dudes en hacérmela saber.