domingo, 2 de abril de 2017

EL DEDALO DE CHARTRES

Muchos templos de la antigüedad se edificaron como para transmitir un mensaje que perdurara en el tiempo y hubo constructores que se guiaron por las  posiciones estelares, lunares o solares. 

En una pequeña ciudad francesa, de apenas catorcemil habitantes entonces, se alzó majestosa la Catedral de Chartres. Esta localidad llegó a ser un importante centro religioso para los celta. Para su construcción no faltaron ni expertos constructores, ni mano de obra ni dinero.  Sin la menor duda, uno de esos templos cuya construcción sigue haciendo ruido por su toque alquímico, sus  dimensiones tan colosales y audaces que aportaba una idea de otro mundo. Algunos autores hablan de la preexistencia de una gruta o de un altar en el mismo lugar donde ahora está la catedral.

En ella llegó a funcionar una escuela, pues los gobernantes de entonces exigían que en todos los templos y monasterios también funcionasen planteles. Como contraparte y aprovechando su majestuosidad, durante la segunda guerra mundial, los alemanes utilizaron la catedral como club social.

Como era costumbre durante la Edad Media, a los centros religiosos se les trazaban laberintos. Chartres no fue una excepción. Sobre el piso exterior, fue diseñado un laberinto circular de trece metros de diámetro,  los once círculos concéntricos  y las medidas  se deben a complejos simbolismos numerológicos y filosóficos que, al parecer, se deben a  conocimientos esotéricos  del oriente. Y aunque le llamemos laberinto, es imposible perderse en él, pues sus caminerías siempre llevan hacia el centro. Pero sin duda, recorrerlas lleva al caminante a centrar sus pensamientos, aunque en aquellos tiempos, los peregrinos la recorrían arrodillados. Como quiera que se hiciera, recorrerlo permite experimentar  una alteración del estado de la conciencia.
Resultado de imagen para EL DÉDALO DE CHARTRESLlama la atención que en  el espectáculo de Corteo, del Circo del Sol, se representaba el mismo laberinto o dédalo tallado en el suelo de la catedral de Chartres hace más de siete siglos. Y otra curiosidad es su relación con la tabla esmeralda, donde está escrita la frase -lo que está arriba es igual a lo que está abajo- la premisa de una de las leyes de la armonía anotadas en el Kybalion.


Diríase que cual es lo raro, que una representación de la tabla esmeralda es extraordinariamente parecida al logotipo del Circo del Sol. 

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